Sobre mí

                                                                


Mi vida consiste en lidiar desde 1993 con una mente hiperactiva que me hace tener el récord en idear, probar y dejar a medias cualquier cosa que me llame la atención. Desde que no pude contra el hiperfoco y me uní a él, paso los días obsesionándome con mis historias. Parte de la culpa la tiene mi cerebro, que invierte la mayor parte del tiempo ideando tramas y mostrando imágenes y diálogos en los momentos más inoportunos.

Esto lleva ocurriendo desde que tenía dieciséis años y escribía Fanfics. No sé determinar quién tenía más obsesión por mis historias: si yo que las creaba, o las lectoras que ansiaban el capítulo diario. La cosa se acabó yendo de las manos y terminamos todas tan enganchadas, que cada día, al salir de clase, comía escribiendo un capítulo.

Por desgracia, la plataforma de confianza cerró, y volví a escribir desde las sombras. Hasta que decidí salir y empecé a presentarme a antologías. De las tres en las que he participado, una ha sido nombrada mención de honor en la Antología Dark Academia de Akane Editorial (2025), destacando entre los 186 relatos presentados. Otra, entre las 248 candidatas, recibió puntos del jurado, quedándose a las puertas en el III Premio Ripley de relato de ciencia-ficción y terror (2019).

Ahora en 2025, después de muchos años intentando superar la vergüenza de que lean mis historias, me he animado a mandar mis proyectos a editoriales. Como eso parece estar ya controlado, lo siguiente a superar es una crisis de identidad. Mi especialidad siempre ha sido el misterio y las historias de fantasmas, pero en los últimos dos años he descubierto que vivo para el drama. Contar realidades sociales, profundizar en las emociones, mostrar a jóvenes y adultos realidades con las que se puedan sentir identificados y enseñar a través de las historias, se ha convertido en mi nueva pasión.

No sé qué deparará el futuro, si algún proyecto encontrará casa o se quedarán en el olvido. Pero mientras tanto, cuando mis personajes me dan un respiro, me gusta leer, rolear, los juegos de mesa y perderme en cementerios haciendo fotos. También pasarme horas en Pinterest viendo decoraciones del siglo XIX e imaginándome la vida siendo una dama victoriana.

Entre tanto, hago compañía a Morticia, mi planta carnívora. Si pudiera hablar, con total seguridad diría que hablo mucho, que me motivo demasiado, que procrastino más aún, y que, bajo ningún concepto, dejara de escribir. Y por eso estoy aquí, porque es mi secretaría y debo hacerle caso.

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